sábado, 11 de diciembre de 2010

EL EFECTO MARIPOSA

Sábado por la mañana. Gracias Saray por despertarme con tus llamaditas de SIEMPRE. Gracias mamá por tu ¡LEVÁNTATE YA! Sí, ese que al decirlo así parece que se me necesita para evitar una guerra nuclear o algo por el estilo y que en realidad es únicamente para quitar las sábanas. Yupi.
Hoy, El efecto Mariposa, nunca la había visto, y, en contra de mis costumbres voy a recomendarla nada más empezar. TENÉIS QUE VERLA. A mí personalmente, me ha encantado. A las niñas podría convenceros rápidamente si os comento que el protagonista no es otro que Ashton Kutcher, GUAPÍSIMO.
(Como dato estúpido y ya denominándolo como “tonterías mías”, me he dado cuenta de que A.Kutcher tiene un orificio de la nariz exageradamente más grande que el otro. Jopé.)
En fin, nuestra película de hoy trata de Evan (Mr Kutcher), un niño que tiene una especie de “enfermedad”, bueno mejor vamos a llamarlo problema o movidararaquetecagasenlacabeza que le hace perder de vez en cuando la memoria a corto plazo, aunque en realidad lo que hace es dejar huecos vacíos, sin recuerdos. Es estudiado clínicamente para descubrir que OH! Sufre lo mismo que su padre que, está en un manicomio. Evan, una vez que llega a la universidad, dedica parte de su tiempo a investigar los entresijos de la memoria; y así, descubre un método para volver al pasado e interferir para cambiar el presente. No voy a contaros nada más porque como empiece os lo suelto todo, simplemente tenéis que verla.

Es una película que realmente me ha llegado. Porque… ¡joder! ¿cuántas veces habremos pensado en poder volver al pasado para cambiar algo que hicimos mal? Yo, al menos, infinitas. Claro que, nunca me había parado a pensar que el cambiar algo del pasado, irremediablemente lo cambia en el presente. Todo tiene un detonante y no hay que evitarlo. Las cosas pasan y punto.
He de decir que he llorado como una maldita enana, con el final sobre todo, pero, cada vez que el personaje principal sentía esa angustia de decir: ¡mierda, arreglo esto pero pasa esto!. Me angustiaba yo también de tal manera que… chorro-fuente-de-lágrimas. Y no es que sea una película de llorar, es que, me emociono fácilmente.
Viendo esta película me he dado cuenta de lo importante y crucial que resulta la infancia en la vida de una persona. La personalidad, las aficiones, TODO se forja durante la infancia. Todo te afecta y nada te es indiferente cuando eres niño; la educación que recibes, el trato, las compañías...
Estoy pesada hoy ¿eh? Os dejo el vídeo de la canción que cierra la película, Stop Crying your Heart Out, de Oasis.
Y terminando ya, por segunda vez en esta entrada de mi cutreblog, delibero que esta película HAY QUE VERLA SÍ O SÍ. ¡He dicho!


2 comentarios:

  1. Un orificio mas grande que el otro....se me ha caido el MITO!
    jaja
    Tiiiiiiiiiiiiiiiiia escribes genial.

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  2. :D esta peli me gustó más de lo que esperaba, pero sobretodo, me impactó el final, atípico en las pelis de este tipo (digamos que tiene un enfoque comercial del tema y tal). En una crítica de filmaffinity leí SPOILER:

    Que el final nos recuerda que por mucho que queramos a una persona, si no puede ser, no puede ser.

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